Este estudio tuvo como objetivo evaluar diferentes estrategias de cribado con el fin de permitir la reapertura segura de universidades en los Estados Unidos. Se utilizó un modelo epidémico que capturó la epidemiología del SARS-CoV-2, la historia natural de la enfermedad COVID19 y un cribado masivo regular para detectar y contener el virus en un entorno universitario. La cohorte hipotética incluyó a 5,000 estudiantes, con 4,990 estudiantes sin SARS-CoV-2 y 10 con SARS-CoV-2 asintomático y no detectado al comienzo del semestre. Con el cribado cada 1, 2, 3 o 7 días con una sensibilidad del 70% y una especificidad del 98%, el resultado fue 162, 243, 379 y 1840 infecciones, respectivamente. En el análisis de costo-efectividad, se encontró que los costos de detección utilizando una prueba con una sensibilidad del 70% ascenderían a $470, $910, $120 dólares por estudiante por período de 80 días en el caso base (detección cada 2 días), en el peor de los casos (detección diaria) y en el mejor de los casos (detección semanal). Es importante señalar que la especificidad de la prueba es mucho más importante que la sensibilidad. En general, este estudio sugiere que una prueba rápida, económica y poco sensible (> 70%) con un Rt de <2.5 combinada con un estricto cumplimiento de las medidas de prevención es rentable y puede controlar la cantidad de infecciones por COVID-19 para permitir a los estudiantes regresar al campus de manera segura. Sin embargo, algunos desafíos incluyen la cantidad de falsos positivos que pueden sobrecargar la capacidad de la vivienda para el aislamiento.